Amar a un adulto mayor
Amar a un adulto mayor… Es tener la paciencia de escuchar repetidas ocasiones historias del pasado, de lugares que ya no existen y de costumbres que ya no se practican, porque todo lo demás es difícil de recordar. Es comprender que escaparon de nuestro mundo, para vivir en uno propio llamado “demencia”. Es ayudarlos a realizar actividades, que muchas veces ellos(as) hicieron por nosotros cuando eramos niños(as). Es convertirse en sus manos o sus pies, porque los suyos ya no funcionan como antes. Es olvidarse de la frase “a mi no me toca” y hacerlo todo con gusto, como si fuera para nosotros(as) mismos(as). Es comprender que son personas muy valiosas, que son poseedores de algo que ningún ser humano, ni aún con todo el dinero del mundo podría adquirir de un momento a otro si quisiera: “experiencia”. Que conservan uno de los más grandes tesoros que todos deseariamos de jovenes: “sabiduría”. Que pueden actuar de una forma inigualable ante las contrariedades de la vida porque tienen algo q